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28 marzo 2014Y más criticas y comentarios de agradecer...
"Acá la gente come, duerme y espera la hora de su muerte…Ningún objetivo en la vida, ninguna ambición, ninguna pasión”.
La compañía Teatro Eterneo vuelve a deleitarnos, en esta ocasión, con la obra “Jugar con Fuego” de August Strindberg, en el teatro Lagrada en Madrid.
De nuevo, BeXL ha tenido la idea de pedirme una reseña sobre esta producción. En esta ocasión, tampoco he podido negarme (soy fácil de convencer, y lo saben, y lo explotan). Así que trataré de transmitiros la opinión que tengo, fruto de las sensaciones que he sentido en la representación.
No escribiré sobre “Jugar con Fuego”. Hay decenas de reseñas y análisis de la obra de Strindberg, escritas por personas con más autoridad. Sólo diré que Rebeca Mayorga parece tener una predilección por relatos con historias atemporales. Situaciones y comportamientos universales, que nos tocan por lo cercano y cotidiano. Y le animo a seguir en esa dirección, que nos encanta.
Tras el buen sabor de boca dejado por la producción “Así es, si así os parece”, tengo que confesar que mis expectativas eran bastante altas.
Al llegar al teatro Lagrada, me encuentro con que la compañía Teatro Eterneo vuelve a apostar por un formato íntimo y cercano. Una sala que acoge a 60 personas, y que tiene el efecto de hacer que el espectador se sienta un personaje más, imprescindible para el desarrollo de la historia. Y vaya si funciona.
Te sientas, y ves una escenografía mínima, a la que ya nos tiene acostumbrados Rebeca Mayorga: El escenario completamente negro. Y en este espacio indefinido, elementos de atrezzo blancos. Una fuente de manzanas aportan un punto de color rojo que destaca sobre la monotonía del resto (no puedo evitar que venga a mi mente “El pelícano”).
Las luces se atenúan. Suena una música. Comienza la magia.
Beatriz Collado y Jesús Villegas salen a escena y nos presentan un matrimonio inmerso en el más profundo hastío vital. Unas interpretaciones deliciosas, que nos salpican de la ironía y acidez de unas personas que se abandonan a juegos de seducción y celos, como única forma de reavivar la llama extinta.
Estos personajes comparten escena con los de la madre, el padre y la prima. Tres personajes a los que da vida Jerónimo Salas. Unas interpretaciones resueltas de forma más que airosa por Jerónimo, en una tesitura comprometida, y que aborda sin ningún atisbo de manierismo ni exceso interpretativo.
El triángulo central de la historia lo cierra Alex Alcaide, que da vida al personaje de Axel, el amigo (divertido anagrama que es el nombre de su personaje).
De Alex espero siempre una interpretación brillante, a la altura de un profesional de las tablas como él.
Se obró el prodigio. Hay una nueva persona sobre el escenario. Alguien a quien no conoces, y que se va revelando en cada frase, en cada situación.
Y por si fuera poco con que Alex nos regale un interpretación de lujo se suma el poder tener la oportunidad de verlo en una comedia, sublíme!!
Gracias a esta elección, y a la extraordinaria interpretación de los actores, en el minuto 5 yo no estaba ya en la fila 4. ¡Estaba allí sentado con ellos!
Gracias Rebeca Mayorga, Alex Álex Alcaide, Beatriz Collado, Jesús Villegas yJerónimo Salas, por mantener encendida esta llama, y compartirla con nosotros.
David Sierra
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